El amor en los tiempos del cólera - Gabriel García Márquez
Gabriel García Márquez escribió la curiosa historia de amor de Fermina Daza y Florentino Ariza en El amor en los tiempos del cólera.
Fermina y Florentino se conocen de casualidad y a partir de entonces viven un año de amor apasionado:
«Fue el año del enamoramiento encarnizado. Ni el uno ni el otro tenían vida para nada distinto de pensar en el otro, para soñar con el otro, para esperar las cartas con tanta ansiedad como las contestaban. Nunca en aquella primavera de delirio, ni en el año siguiente, tuvieron ocasión de comunicarse de viva voz. Más aún: desde que se vieron por primera vez hasta que él le reiteró su determinación medio siglo más tarde, no habían tenido nunca una oportunidad de verse a solas ni de hablar de su amor. Pero en los primeros tres meses no pasó un solo día sin que se escribieran, y en cierta época hasta dos veces diarias, hasta que la tía Escolástica se asustó con la voracidad de la
hoguera que ella misma había ayudado a encender.»
Pero el padre de Fermina no ve nada bien ese noviazgo y hace lo imposible para separar a los enamorados. Finalmente, Fermina se casa con el doctor Juvenal Urbino con quien vivirá un matrimonio tranquilo.
«Él era consciente de que no la amaba. Se había casado porque le gustaba su altivez, su seriedad, su fuerza, y también por una pizca de vanidad suya, pero mientras ella lo besaba por primera vez estaba seguro de que no habría ningún obstáculo para inventar un buen amor. No lo hablaron esa primera noche en que hablaron de todo hasta el amanecer, ni habían de hablarlo nunca. Pero a la larga, ninguno de los dos se equivocó.»
El día del entierro del doctor Juvenal Urbino, Florentino decide recuperar el amor de la mujer de su vida:
«Florentino Ariza no había dejado de pensar en ella un solo instante después de que Fermina Daza lo rechazó sin apelación después de unos amores largos y contrariados, y habían transcurrido desde entonces cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días.»
Fermina y Florentino se conocen de casualidad y a partir de entonces viven un año de amor apasionado:
«Fue el año del enamoramiento encarnizado. Ni el uno ni el otro tenían vida para nada distinto de pensar en el otro, para soñar con el otro, para esperar las cartas con tanta ansiedad como las contestaban. Nunca en aquella primavera de delirio, ni en el año siguiente, tuvieron ocasión de comunicarse de viva voz. Más aún: desde que se vieron por primera vez hasta que él le reiteró su determinación medio siglo más tarde, no habían tenido nunca una oportunidad de verse a solas ni de hablar de su amor. Pero en los primeros tres meses no pasó un solo día sin que se escribieran, y en cierta época hasta dos veces diarias, hasta que la tía Escolástica se asustó con la voracidad de la
hoguera que ella misma había ayudado a encender.»
Pero el padre de Fermina no ve nada bien ese noviazgo y hace lo imposible para separar a los enamorados. Finalmente, Fermina se casa con el doctor Juvenal Urbino con quien vivirá un matrimonio tranquilo.
«Él era consciente de que no la amaba. Se había casado porque le gustaba su altivez, su seriedad, su fuerza, y también por una pizca de vanidad suya, pero mientras ella lo besaba por primera vez estaba seguro de que no habría ningún obstáculo para inventar un buen amor. No lo hablaron esa primera noche en que hablaron de todo hasta el amanecer, ni habían de hablarlo nunca. Pero a la larga, ninguno de los dos se equivocó.»
El día del entierro del doctor Juvenal Urbino, Florentino decide recuperar el amor de la mujer de su vida:
«Florentino Ariza no había dejado de pensar en ella un solo instante después de que Fermina Daza lo rechazó sin apelación después de unos amores largos y contrariados, y habían transcurrido desde entonces cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días.»
2 comentarios
daniela -
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ROCIO RODRIGUEZ -
http://vetasdigital.blogspot.com/
Esperamos vuestra visita.
Saludos,
Rocío Rodríguez
VETAS - Madrid