Entereza
Al salir de casa el cielo estaba negro. Parecía un día de invierno y no de primavera. No volví atrás a por el paraguas. Pensé que quizá no descargaría antes de volver del oftalmólogo.
Cuando salí de la visita llovía, parecía que el cielo vertiese lágrimas como hacía yo. Las peores expectativas se cumplieron: no volveré a ver con el ojo izquierdo.
El día de antes salí de la consulta con la sonrisa pintada en la cara: parecía que después de medio año podría volver a ver; pero mi ojito no resistió la prueba: se hirió de nuevo, ha padecido demasiado ya.
Hoy sigue lloviendo, incluso hace más frío que ayer, siento como penetra en mi cuerpo y cala hasta mis huesos. Pero la entereza me acompaña. Me veo con fuerza para asumirlo, aunque no me daré por vencida, lucharé para volver a ver; no tiene por qué ser mañana, ni pasado, sólo espero que ocurra alguna vez.
Cuando salí de la visita llovía, parecía que el cielo vertiese lágrimas como hacía yo. Las peores expectativas se cumplieron: no volveré a ver con el ojo izquierdo.
El día de antes salí de la consulta con la sonrisa pintada en la cara: parecía que después de medio año podría volver a ver; pero mi ojito no resistió la prueba: se hirió de nuevo, ha padecido demasiado ya.
Hoy sigue lloviendo, incluso hace más frío que ayer, siento como penetra en mi cuerpo y cala hasta mis huesos. Pero la entereza me acompaña. Me veo con fuerza para asumirlo, aunque no me daré por vencida, lucharé para volver a ver; no tiene por qué ser mañana, ni pasado, sólo espero que ocurra alguna vez.
5 comentarios
C L -
Irenia -
Unasul -
Besos :)
roberto -
P -