Penélope - Joan Manuel Serrat
No todas las Penélopes son como la esposa de Ulises. También las hay más modernas que llegan a enloquecer de tanto esperar.
Penélope
con su bolso de piel marrón
y sus zapatos de tacón
y su vestido de domingo
Penélope
se sienta en un banco en el anden
y espera que llegue el primer tren
meneando el abanico.
Dicen en el pueblo
que un caminante paro
su reloj
una tarde de primavera
adios amor mío
no me llores, volveré
antes que
de los sauces caigan las hojas.
Piensa en mí
volvere por tí...
Pobre infeliz
se paro tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amante.
Se marchito
en tu huerto hasta la última flor
no hay un sauce en la calle mayor
para Penelope.
Penélope
tristes, a fuerza de esperar,
sus ojos, parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.
Penélope
uno tras otro los ve pasar
mira sus caras, les oye hablar
para ella son muñecos.
Dicen en el pueblo
que el caminante volvió
y la encontró
en su banco de pino verde.
La llamo penelope
mi amante fiel, mi paz
deja ya
de tejer sueños en tu mente
mirame.
Soy tu amor, regrese.
Le sonrió
con los ojos llenitos de ayer
no era asi su cara ni su piel
tu no eres quien yo espero.
Y se quedo
con su bolso de piel marrón
y sus zapatitos de tacón
sentada en la estación.
Penélope
con su bolso de piel marrón
y sus zapatos de tacón
y su vestido de domingo
Penélope
se sienta en un banco en el anden
y espera que llegue el primer tren
meneando el abanico.
Dicen en el pueblo
que un caminante paro
su reloj
una tarde de primavera
adios amor mío
no me llores, volveré
antes que
de los sauces caigan las hojas.
Piensa en mí
volvere por tí...
Pobre infeliz
se paro tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amante.
Se marchito
en tu huerto hasta la última flor
no hay un sauce en la calle mayor
para Penelope.
Penélope
tristes, a fuerza de esperar,
sus ojos, parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.
Penélope
uno tras otro los ve pasar
mira sus caras, les oye hablar
para ella son muñecos.
Dicen en el pueblo
que el caminante volvió
y la encontró
en su banco de pino verde.
La llamo penelope
mi amante fiel, mi paz
deja ya
de tejer sueños en tu mente
mirame.
Soy tu amor, regrese.
Le sonrió
con los ojos llenitos de ayer
no era asi su cara ni su piel
tu no eres quien yo espero.
Y se quedo
con su bolso de piel marrón
y sus zapatitos de tacón
sentada en la estación.
6 comentarios
Robinson Sivira -
david -
david -
david -
irenia -
KalEl el Vigilante -
A vuestros pies, milady. Saludos, lector(a).
KalEl el Vigilante