Hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones
Hoy te has ido quizá para no volver. Miro a través de la ventana y veo la lluvia caer, lluvia que se confunde con mis lágrimas mientras te escribo.
Verte partir ha sido duro, pero ella te espera.
Hace poco leí que hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones. ¡Y es tan cierto! En su mayoría son sentimientos que se callan por pudor, por temor o por ignorancia. Y precisamente por temor nunca te he dicho que te quiero. Sé que lo has sabido siempre, pero el miedo a perderte y verte huir de mi lado es lo que me ha hecho callar. Y justo ahora que no estás, siento la necesidad de decírtelo.
Durante tiempo he estado en la sombra, ejerciendo de amiga perfecta término, que, según dijiste una vez, había sido inventado expresamente para mí, dándote mi apoyo, mimándote, esperando en silencio ser la próxima elegida cada vez que una de tus relaciones fracasaba. Muchas veces tu pago no fue más que tu frialdad; eres experto en poner un muro entre tu corazón y los demás. No sé si lo haces para protegerte o para engañarte. Pero aun así intentaba comprender tu actitud y la justificaba una y otra vez, aunque me matase. ¿Ingenuidad?, quizá, pero prefiero llamarlo amor.
Siempre has estado a mi lado, siempre he podido contar contigo, siempre has tenido la palabra justa en el momento oportuno. Y eso te hacía realmente especial. Has sido mi amigo, mi consejero..., lo has sido todo, menos mi amante. Y por fin me atrevo a decirte que desearía que soñases mi piel y que mi risa te despertase cada mañana, que mi mirada te acompañase durante el día y mis caricias te sedujesen cada noche. Pero sé que eso nunca será más que una ilusión. Bien, lo acepto.
Espero que seas muy feliz.
Ya sabes que puedes contar conmigo.
Te quiero.
Verte partir ha sido duro, pero ella te espera.
Hace poco leí que hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones. ¡Y es tan cierto! En su mayoría son sentimientos que se callan por pudor, por temor o por ignorancia. Y precisamente por temor nunca te he dicho que te quiero. Sé que lo has sabido siempre, pero el miedo a perderte y verte huir de mi lado es lo que me ha hecho callar. Y justo ahora que no estás, siento la necesidad de decírtelo.
Durante tiempo he estado en la sombra, ejerciendo de amiga perfecta término, que, según dijiste una vez, había sido inventado expresamente para mí, dándote mi apoyo, mimándote, esperando en silencio ser la próxima elegida cada vez que una de tus relaciones fracasaba. Muchas veces tu pago no fue más que tu frialdad; eres experto en poner un muro entre tu corazón y los demás. No sé si lo haces para protegerte o para engañarte. Pero aun así intentaba comprender tu actitud y la justificaba una y otra vez, aunque me matase. ¿Ingenuidad?, quizá, pero prefiero llamarlo amor.
Siempre has estado a mi lado, siempre he podido contar contigo, siempre has tenido la palabra justa en el momento oportuno. Y eso te hacía realmente especial. Has sido mi amigo, mi consejero..., lo has sido todo, menos mi amante. Y por fin me atrevo a decirte que desearía que soñases mi piel y que mi risa te despertase cada mañana, que mi mirada te acompañase durante el día y mis caricias te sedujesen cada noche. Pero sé que eso nunca será más que una ilusión. Bien, lo acepto.
Espero que seas muy feliz.
Ya sabes que puedes contar conmigo.
Te quiero.
3 comentarios
Ade -
Un abrazo.
bokuden -
Aunque nunca volvamos a vernos.
carlos -