Paula - Isabel Allende
Paula es una de las novelas que siempre tengo en mi mesilla de noche. Es uno de los libros más duros que jamás he leído pero, a la vez, deja una puerta abierta a la esperanza. Leerlo es un excelente ejercicio catárquico para cualquier persona que llega a él.
"Escucha, Paula, voy a contarte una historia, para que cuando despiertes no estés tan perdida.
Hace varios meses terminé El plan infinito, mi novela más reciente, y desde entonces me preparo para este día. Tenía todo listo: tema, título, primera frase, sin embargo no escribiré esa historia todavía, porque desde que enfermaste sólo me alcanzan las fuerzas para acompañarte, Paula. Llevas un mes dormida, no sé cómo alcanzarte, te llamo y te llamo, pero tu nombre se pierde en los vericuetos de este hospital. Tengo el alma sofocada de arena, la tristeza es un desierto estéril, No sé rezar, no logro hilar dos pensamientos, menos podría sumergirme en la creación de otro libro. Me vuelco en estas páginas en un intento irracional de vencer mi terror, se me ocurre que si doy forma a esta devastación podré ayudarte y ayudarme, el meticuloso ejercicio de la escritura puede ser nuestra salvación. Hace once años escribí una carta a mi abuelo para despedirlo en la muerte, este 8 de enero de 1992 te escribo, Paula, para traerte de vuelta a la vida."
"Escucha, Paula, voy a contarte una historia, para que cuando despiertes no estés tan perdida.
Hace varios meses terminé El plan infinito, mi novela más reciente, y desde entonces me preparo para este día. Tenía todo listo: tema, título, primera frase, sin embargo no escribiré esa historia todavía, porque desde que enfermaste sólo me alcanzan las fuerzas para acompañarte, Paula. Llevas un mes dormida, no sé cómo alcanzarte, te llamo y te llamo, pero tu nombre se pierde en los vericuetos de este hospital. Tengo el alma sofocada de arena, la tristeza es un desierto estéril, No sé rezar, no logro hilar dos pensamientos, menos podría sumergirme en la creación de otro libro. Me vuelco en estas páginas en un intento irracional de vencer mi terror, se me ocurre que si doy forma a esta devastación podré ayudarte y ayudarme, el meticuloso ejercicio de la escritura puede ser nuestra salvación. Hace once años escribí una carta a mi abuelo para despedirlo en la muerte, este 8 de enero de 1992 te escribo, Paula, para traerte de vuelta a la vida."
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Milena -