Un americano en París
Los domingos por la tarde suelo pasarlos viendo alguna buena película. El cine es una de mis grandes aficiones y me gusta cultivarla. Esta semana después de comer mi invitado y yo elegimos ver de mutuo acuerdo Un americano en París
Esta película dirigida en 1951 por Vincent Minnelli y protagonizada por Gene Kelly y Leslie Caron es una de las grandes joyas del cine musical americano.
Inspirada en la pieza homónima de George Gershwing, el argumento es simple y, hasta me atrevo a decir, que simplón: un excombatiente americano consigue una beca para estudiar arte en París y se acaba instalando allí prendado por la ciudad. Después de dos años de no cosechar éxitos, una rica heredera se fija en él, aunque no sólo por su talento. Pero él se enamora de una dependienta de una perfumería, pretendida a su vez, por un cantante de Music-Hall amigo del pintor al que da vida Kelly.
Lo más espectacular del film es el número de baile final: 18 minutos en los que la música de Gershwing sirven de banda sonora para las ensoñaciones del joven pintor. Los decorados, una recreación de París, se crearon inspirándose en diferentes pintores cuya trayectoria artística discurrió en Francia.
Leslie Caron debutó en la gran pantalla con esta película y fue precisamente Kelly, para mí el gran coreógrafo y bailarín del Hollywood dorado, quién la descubrió viéndola bailar como solista en un ballet de Francia.
Una auténtica obra maestra del cine musical.
Esta película dirigida en 1951 por Vincent Minnelli y protagonizada por Gene Kelly y Leslie Caron es una de las grandes joyas del cine musical americano.
Inspirada en la pieza homónima de George Gershwing, el argumento es simple y, hasta me atrevo a decir, que simplón: un excombatiente americano consigue una beca para estudiar arte en París y se acaba instalando allí prendado por la ciudad. Después de dos años de no cosechar éxitos, una rica heredera se fija en él, aunque no sólo por su talento. Pero él se enamora de una dependienta de una perfumería, pretendida a su vez, por un cantante de Music-Hall amigo del pintor al que da vida Kelly.
Lo más espectacular del film es el número de baile final: 18 minutos en los que la música de Gershwing sirven de banda sonora para las ensoñaciones del joven pintor. Los decorados, una recreación de París, se crearon inspirándose en diferentes pintores cuya trayectoria artística discurrió en Francia.
Leslie Caron debutó en la gran pantalla con esta película y fue precisamente Kelly, para mí el gran coreógrafo y bailarín del Hollywood dorado, quién la descubrió viéndola bailar como solista en un ballet de Francia.
Una auténtica obra maestra del cine musical.
2 comentarios
Irenia -
En la primera etapa del blog le dediqué un artículo.
Cide -