La sopa de pescado
Hay una imagen que cada Navidad vuelve a mi mente: la de mi abuelo sirviéndose más sopa de pescado en la última Navidad que estuvo entre nosotros.
En mi familia era típico celebrar el día de Navidad con una buena bullabessa hecha por mi padre, el mejor cocinero que conozco con diferencia. Suave, sabrosa, nada fuerte...
La verdad es que ese año me pareció deliciosa, quizá porque sabía que iba a ser la última comida de Navidad que íbamos a celebrar con mi abuelo. Y todos repetimos. Mi padre le iba a servir más sopa a mi abuelo, pero él prefirió levantarse y hacerlo él mismo; las fuerzas le fallaron y por un pelo cayó al suelo. Pero, a pesar de los tres cánceres que lo estaban devorando por dentro, se notaba que ese día era feliz.
Quizá ese año encarnó el espíritu que se supone transmiten estas fiestas.
Desde entonces tengo esa imagen grabada en mi mente y cada año por Navidad vuelve porque le sigo echando mucho de menos.
Te quiero mucho.
En mi familia era típico celebrar el día de Navidad con una buena bullabessa hecha por mi padre, el mejor cocinero que conozco con diferencia. Suave, sabrosa, nada fuerte...
La verdad es que ese año me pareció deliciosa, quizá porque sabía que iba a ser la última comida de Navidad que íbamos a celebrar con mi abuelo. Y todos repetimos. Mi padre le iba a servir más sopa a mi abuelo, pero él prefirió levantarse y hacerlo él mismo; las fuerzas le fallaron y por un pelo cayó al suelo. Pero, a pesar de los tres cánceres que lo estaban devorando por dentro, se notaba que ese día era feliz.
Quizá ese año encarnó el espíritu que se supone transmiten estas fiestas.
Desde entonces tengo esa imagen grabada en mi mente y cada año por Navidad vuelve porque le sigo echando mucho de menos.
Te quiero mucho.
0 comentarios