El séptimo sello
En 1956 Ingmar Bergman rodó la que se considera su obra maestra: El séptimo sello.
Situémonos en la Suecia medieval. Un caballero (Max von Sydow) regresa a su país con su escudero cínico y realista (Gunnar Björmstrand) después de haber participado en las cruzadas y se encuentran una tierra completamente devastada por la peste. Ante esta situación, el caballero comienza a interrogarse sobre Dios y el significado de la vida. Pero la muerte ávida de almas, va en busca del caballero. Él, deseoso de conocimiento y con la esperanza de ganar un poco de tiempo, propone un reto a la muerte: jugar cada noche una partida de ajedrez; cuando acaben, él aceptará su destino. La muerte acepta. En su camino se encontrarán a una familia de juglares zíngaros, a un clérigo desalmado, y a una muchacha acusada de brujería que darán una peculiar visión de la vida.
La idea de la película no fue original de Bergman. El director se inspiró en los frescos medievales suecos que mostraban a la muerte jugando al ajedrez con sus víctimas.
Bergman definió el film como un poema moderno, presentado con material medieval que ha sido manejado muy libremente. El caballero vuelve de una cruzada, como un soldado en nuestra época vuelve de una guerra.
Ingmar Bergman
Excelente película que no deja indiferente a nadie.
Situémonos en la Suecia medieval. Un caballero (Max von Sydow) regresa a su país con su escudero cínico y realista (Gunnar Björmstrand) después de haber participado en las cruzadas y se encuentran una tierra completamente devastada por la peste. Ante esta situación, el caballero comienza a interrogarse sobre Dios y el significado de la vida. Pero la muerte ávida de almas, va en busca del caballero. Él, deseoso de conocimiento y con la esperanza de ganar un poco de tiempo, propone un reto a la muerte: jugar cada noche una partida de ajedrez; cuando acaben, él aceptará su destino. La muerte acepta. En su camino se encontrarán a una familia de juglares zíngaros, a un clérigo desalmado, y a una muchacha acusada de brujería que darán una peculiar visión de la vida.
La idea de la película no fue original de Bergman. El director se inspiró en los frescos medievales suecos que mostraban a la muerte jugando al ajedrez con sus víctimas.
Bergman definió el film como un poema moderno, presentado con material medieval que ha sido manejado muy libremente. El caballero vuelve de una cruzada, como un soldado en nuestra época vuelve de una guerra.
Ingmar Bergman
Excelente película que no deja indiferente a nadie.
1 comentario
Antoo -
Ingmar, nunca te olvidaremos. Vives en cada fotograma.
Gracias a tus películas, creo en ese Dios del que dudabas .