Blogia
El rincón de Irenia

Diálogos con el mar

Dolor

Dolor Hoy tenía que ser un día feliz, lleno de color y de calor. Uno de esos días que por siempre quedan grabados en tu memoria con un toque de dulzura, porque hoy debía comenzar una nueva etapa en mi vida.

Pero este día quedará grabado en mi mente como un día en el que la sinrazón se ha adueñado de todo.

Desde que me he enterado de la noticia siento un frío inmenso y cada nuevo dato me hace estremecer.

No logro comprender esta ansia de sangre. No entiendo que ninguna idea se tenga que defender con las armas. Da igual quién haya perpetrado el atentado, nadie podrá devolver las vidas a quienes las han perdido.

Todos hemos muerto un poco esta mañana en Madrid.

Hace un día extraño

Hace un día extraño Hace un día extraño. De repente el invierno se ha hecho presente. Resulta raro ver como cae el agua-nieve a través de los cristales empañados.

Pero no sólo es un día extraño por el tiempo. A veces creo que el clima se alía con nuestro corazón, o quizá nosotros lo adaptamos al tiempo, quién sabe.

Hoy me ha vuelto a escribir. Desde hace ya tiempo, por ventura, sus correos son cada vez más escasos; es lo normal cuando una relación se rompe, pero hoy me ha sorprendido.

Su tono era confuso, no hiriente, aunque a mí me lo haya parecido. Me ha preguntado tantas veces en un correo muy muy corto qué tal estoy, que he llegado a la conclusión de que no está bien, nada bien, y me ha sorprendido que después de dos años y medio me haya propuesto que volvamos a vernos. ¿Qué querrá de mí ahora?

La respuesta será que no. No sé si el invierno se ha apoderado de mi corazón pero ya no me importa qué le pasa, qué siente, qué inquietudes tiene... Sé que para él sigo siendo una de las piedras en las que asirse pero hace mucho que dejé de preocuparme de él.

Mi vida ha tomado otro camino en el que ya no tiene cabida.

30 dies d'absència

30 dies d'absència Avui fa un mes que vas partir.
Un mes que ja no ets amb nosaltres.
Un mes que vas creuar la porta de l'eternitat.
En aquests trenta dies has estat present en les petites coses quotidianes, en tot allò pel que soliem recórrer a tu: el nom d'un carrer, l'adreça d'una entitat, el recorregut d'un autobus, el lloc on estava guardat un document... I la teva absència s'ha fet palesa en tot moment.
El buit que has deixat serà difícil d'emplenar. Més ben dit, sé que mai ningú no el podrà emplenar perquè des de sempre has estat algú molt especial per a nosaltres.
En el record queda tot el que vam compartir: els caps de setmana de la infantesa, el voler que aprengués com era la ciutat, l'estimació cap el Barça (encara que segueixin sent uns maletes) i tantes i tantes coses que no pararia d'enumerar-les.
Sento que potser mai no et vaig dir quan t'estimava i m'importaves, em dol pensar que no vaig venir a veure't tan com hauria pogut, però no es pot tirar enrere. Això serveix per no repetir els mateixos errors amb els qui es queden.
Si hi ha un més enllà sé que sabràs tot això que t'estic escrivint en aquesta pàgina i que el teu record, la teva companyia és i seguirà sent al meu costat.
T'estimo.
Gràcies per tot, tiet.

Noche de Reyes

Noche de Reyes Nostalgia. Nostalgia es lo que siento en estos momentos. Nostalgia por los que ya no están, nostalgia por la niña que fui...

En estos días he mirado atrás una y otra vez recordando Navidades de antaño, recordando a los que se fueron para no volver pero que siguen estando en un gran rinconcito de mi corazón, y en esta noche llena de magia e ilusión aún más, porque ellos, junto con los que aún están, hicieron que cada cinco de enero fuera especial.

Todavía me puedo ver a mí misma escribiendo la carta al rey Baltasar con la ilusión depositada en cada palabra. Luego, la noche de Reyes, iba a ver la cabalgata y después de cenar y dejar agua para los camellos, me acostaba más temprano que nunca y esperaba a que llegasen, durmiendo, por supuesto.

La mañana del seis de enero era especial. Me levantaba justo cuando amanecía y ver el comedor lleno de regalos y sobre todo el cubo de agua para los camellos vacío, me encantaba y año tras año renovaba mi fe en esos tres seres mágicos.

Las cartas a los Reyes fueron cambiando conforme fui creciendo hasta que un día dejé de escribirles, y descubrí que se pueden tener noches de Reyes cada vez que alguien especial entra en tu vida, que recibes una noticia de alguien que hace tiempo a quien perdiste la pista, cada vez que se cumple un deseo que sólo tú conocías...; en definitiva, cada vez que una ilusión se cumple.

Pero el hechizo de esta noche me tiene atrapada. Esta es la noche más mágica del año, la noche en que las esperanzas pueden cumplirse y, quizá por eso, cada cinco de enero, recito mentalmente mi carta al los Reyes pidiéndoles aquello que sé que sólo podré conseguir con su ayuda y un poco de fe.

¡Feliz día de Reyes!

La sopa de pescado

La sopa de pescado Hay una imagen que cada Navidad vuelve a mi mente: la de mi abuelo sirviéndose más sopa de pescado en la última Navidad que estuvo entre nosotros.

En mi familia era típico celebrar el día de Navidad con una buena bullabessa hecha por mi padre, el mejor cocinero que conozco con diferencia. Suave, sabrosa, nada fuerte...

La verdad es que ese año me pareció deliciosa, quizá porque sabía que iba a ser la última comida de Navidad que íbamos a celebrar con mi abuelo. Y todos repetimos. Mi padre le iba a servir más sopa a mi abuelo, pero él prefirió levantarse y hacerlo él mismo; las fuerzas le fallaron y por un pelo cayó al suelo. Pero, a pesar de los tres cánceres que lo estaban devorando por dentro, se notaba que ese día era feliz.

Quizá ese año encarnó el espíritu que se supone transmiten estas fiestas.

Desde entonces tengo esa imagen grabada en mi mente y cada año por Navidad vuelve porque le sigo echando mucho de menos.

Te quiero mucho.

Exorcizar los demonios

Exorcizar los demonios «Hay toda clase de historias. Algunas nacen al ser contadas, su substancia es el lenguaje y antes de que alguien las ponga en palabras son apenas una emoción, un capricho de la mente, una imagen o una intangible reminiscencia. Otras vienen completas, como manzanas, y pueden repetirse hasta el infinito sin riesgo de alterar su sentido. Existen unas tomadas de la realidad y procesadas por la inspiración, mientras otras nacen de un instante de inspiración y se convierten en realidad al ser contadas. Y hay historias secretas que permanecen ocultas en las sombras de la memoria, son como organismos vivos, les salen raíces, tentáculos, se llenan de adherencias y parásitos y con el tiempo se transforman en materia de pesadillas. A veces para exorcizar los demonios de un recuerdo es necesario contarlo como un cuento.» Isabel Allende: "Vida interminable", en Cuentos de Eva Luna

La verdad es que hay momentos en los que desarías poder exorcizar los demonios con un cuento. La escritura es una de las mejores terapias que existen; sólo debes dejar a un lado el "temor" a la página en blanco; sólo debes dejar fluir tus pensamientos, dejar que aquello que sientes salga a través de tu pluma y se plasme en la hoja de papel. Quizá, después de todo esto, lo haga. Quizá cuando todo pase.

Mal de ojo

Mal de ojo Hace más de un mes que tengo el ojo mal. Estoy preocupada y ya empiezo a estar asustada.

Hoy he vuelto a urgencias. Ya no saben si la queratitis persiste o bien el herpes se ha reproducido. “Vuelve dentro de una semana”, me han dicho.

Y yo sigo sin entender nada. Hasta hace un mes apenas había tenido problemas, sólo las conjuntivitis a los que estamos expuestos todos y hacía muchos años que no tenía. Sí, conozco los riesgos de llevar lentillas (llevo 22 años con ellas) pero también sé que no hay otra manera de corregir mi miopía. Siempre he tenido especial cuidado con todo lo referido a la vista y me preocupa que ni los médicos sepan qué ocurre. No entiendo que hace diez días me dijesen que ya estaba curada y a los cuatro días de llevar las lentillas de nuevo (sin forzar el ojo, por supuesto, y sin notar dolor hasta ayer por la tarde) se repita la infección.

¿Y el trabajo? Porque no rindo igual viéndome que sin verme. Porque aunque digan que veo poco con este ojo, al menos, veo. ¡Y noto tanto que me falta! Espero no perderlo.

Me han hablado de operación casi como única salida. Ya llevo tiempo pensándolo, pero sinceramente, el sitio no me ofrece demasiadas garantías. El día de la primera visita para la operación no supieron ni graduarme bien. De acuerdo, tenía el ojo enfermo, pero ¡mira que decirme que veía un 5%! Luego está la experiencia de una de mis compañeras de trabajo también operada allí, que no ha sido nada positiva... Por suerte hay más clínicas y evidentemente buscaré la mejor. Con la salud no se juega. Quería esperarme al mes de marzo para acabar bien la campaña de este año, pero quizá tenga que pasar por el quirófano antes ¡Mientras no pierda ni el ojo ni el trabajo!

Hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones

Hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones Hoy te has ido quizá para no volver. Miro a través de la ventana y veo la lluvia caer, lluvia que se confunde con mis lágrimas mientras te escribo.

Verte partir ha sido duro, pero ella te espera.

Hace poco leí que hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones. ¡Y es tan cierto! En su mayoría son sentimientos que se callan por pudor, por temor o por ignorancia. Y precisamente por temor nunca te he dicho que te quiero. Sé que lo has sabido siempre, pero el miedo a perderte y verte huir de mi lado es lo que me ha hecho callar. Y justo ahora que no estás, siento la necesidad de decírtelo.

Durante tiempo he estado en la sombra, ejerciendo de amiga “perfecta” –término, que, según dijiste una vez, había sido inventado expresamente para mí–, dándote mi apoyo, mimándote, esperando en silencio ser la próxima elegida cada vez que una de tus relaciones fracasaba. Muchas veces tu pago no fue más que tu frialdad; eres experto en poner un muro entre tu corazón y los demás. No sé si lo haces para protegerte o para engañarte. Pero aun así intentaba comprender tu actitud y la justificaba una y otra vez, aunque me matase. ¿Ingenuidad?, quizá, pero prefiero llamarlo amor.

Siempre has estado a mi lado, siempre he podido contar contigo, siempre has tenido la palabra justa en el momento oportuno. Y eso te hacía realmente especial. Has sido mi amigo, mi consejero..., lo has sido todo, menos mi amante. Y por fin me atrevo a decirte que desearía que soñases mi piel y que mi risa te despertase cada mañana, que mi mirada te acompañase durante el día y mis caricias te sedujesen cada noche. Pero sé que eso nunca será más que una ilusión. Bien, lo acepto.

Espero que seas muy feliz.

Ya sabes que puedes contar conmigo.

Te quiero.